Tomado de: "Juventud Traicionada" - Salvador Borrego E., 1980
En 1954 un grupo de agentes soviéticos levanto en Polonia un campamento “Sui generis”. Reunieron veintenas de maniáticos sexuales y realizaron orgías durante varios días. Se tomaron películas y fotos, se sacaron miles de copias y este “precioso” cargamento fue llevado a Estados Unidos donde una red de distribuidores se encargó de difundirlo. Había empezado la “operación Eros”.
El campamento soviético en suelo polaco no era el único centro difusor de pornografía contra occidente. Ya en parís había funcionado tiempo antes la Editorial Obelisko, fundada por Maurice Kahane, pero este tuvo que suspender su producción cuando los alemanes ocuparon la capital francesa en 1940. Kahane se cambió el apellido, se hizo llamar Maurice Girodias y esperó una nueva oportunidad. En 1968 se trasladó a Estados Unidos y fundó editorial Olympia Press, que ahora produce libros y revistas Pornográficas por valor de dos mil millones de dólares anuales, abastece un gran mercado en Estados Unidos e Inglaterra. “combatir una cabeza de la bestia u otra –dice- realmente no tiene importancia: combatir la intolerancia francesa o los convencionalismos angloamericanos realmente es lo mismo”.
Anatoli Granovski revela en su libro “Yo fui agente de la NKVD” que en la URSS funciona un plantel de “agentes pervertidores”, encargados de atraer homosexuales y lesbianas para utilizarlos en la red de espionaje contra países occidentales.
Pero esta función de dirige a pequeños círculos “selectos”. La operación masiva consiste en patrocinar y difundir pornografía en grandes cantidades para romper los frenos naturales de la energía sexual de la juventud. Esta energía desbordada por el erotismo o desviada –mediante el homosexualismo- es una parte de las variadas armas de la guerra fría de Oriente contra Occidente.
Ahora bien, ese asalto no habría podido desenvolverse eficazmente si o hubiera contado con la ayuda de eminentes infiltrados en el mundo occidental. Cuando en Estados Unidos se advirtió un sospechoso auge del crecimiento de la pornografía; cuando se vio que este viejo mal no se mantenía dentro de los habituales márgenes de clandestinidad, sino que estaba siendo poderosamente impulsado, comenzó a integrarse un movimiento defensivo. Pero el enemigo también estaba en casa.
Nada menos que la Suprema Corte, por muchos años en manos de Félix Frankfurter y Earl Warren, se erigió en coraza protectora de la nueva pornografía. Se barajaron diferentes sofismas: que el respeto a la libertad de expresión no permitía acción radical; que no podía definirse lo que era pornografía; que era difícil separar lo artístico de lo obsceno; que la censura y la represión son peores que cierto libertinaje; que si alguna publicación obscena tiene un “algún valor de servicio social” no debe censurarse etc., etc. Y se dejó a la juventud americana a merced del ingenioso asalto. Magnates de origen no americano lanzaron una nueva literatura pornográfica que, a diferencia de la antigua, no corría por causes clandestinos, sino que salía a la vía publica proclamando su excelencia, reclamando sus “derechos” y ostentando una “filosofía” de “insurgencia sexual”.
La Volitant Publishing Corp., la Sun Era, Inc., la New Link Publications, la American Art Agency Inc., la Pimienta Publishing Corp., y otras más, lanzaron libros populares y revistas dirigidas hacia mentes juveniles. Paul Kressner creó además un periódico llamado “el realista”, para popularizar nuevos vocablos y hacer burla de las “instituciones consideradas intocables: maternidad, papado, hábitos sexuales”. “El Realista” acuño la palabra “hippie” y luego le siguieron más de cien publicaciones semejantes por diversos rumbos de Norteamérica. Todas ellas corean lo vulgar y lo pornográfico alegando que “lo realmente pornográfico es permitir la Guerra de Vietnam”.
Paralelamente, en 1964 se fundó en New York un consejo de educación e información sexual de los Estados Unidos (SIECUS), con dinero de las fundaciones Supra capitalistas Rockefeller, Guggenheim, Ford, Etc. El departamento de Salud, educación y bienestar dio apoyo al consejo (SIECUS), en cuya directiva figuraba el Dr. Lester Kirkendall (antiguo director de la antirreligiosa “Asociación Humanista Americana” , que considera inmoral el patriotismo); Isadore Rubin, Comunista, Lester Doniger, comunista, Hugh Hefner, a la vez ejecutivo de la revista sexual “Playboy”; el procomunista Stewart Mott; Steven Rockefeller y James Warburg, de la alta finanza supra capitalista de origen no americano etc.
El SIECUS quiere que la educación sexual goce de completa autonomía, o sea que no se vincule en absoluto a conceptos morales o religiosos, y que se admita como natural “toda clase de expresiones sexuales hasta ahora consideradas como desviaciones” Una especie de “pluralismo” sexual. La directora del SIECUS, doctora Mary Calderone, pretende que una educación con tales orientaciones se inicie desde el Kinder. Actualmente ha penetrado en diversos colegios y secundarias de Estados Unidos.
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Hugh Hefner |
Uno de los consejeros del SIECUS Hugh Hefner, fue jefe visible de una vasta organización internacional impulsora de la subversión sexual. Para el efecto estuvo fundando varios clubes “Playboy” y editó la revista “Playboy”, que dice tener 16 millones de lectores en todo el mundo occidental, también construyó hoteles y promovió la creación de cadenas de teatros y cines que difunden obras de temas sexuales “atrevidos”. Hefner retocó tales actividades como “distracción” y dijo que “la frivolidad es cosa muy seria”. Utilizó como símbolo un conejito con corbata y expresión inocente.
Hay subvenciones para difundir la disolución Joseph Papirofsky (alias Pat) patrocinado por la fundación Rabinowitz, montó la obra teatral “Hair”, Antirreligiosa, antiamericana y pornográfica. A punto de fracasar recibió un donativo de 90, 000 dólares de Michael Butler “Playboy”, quien luego le hizo una colecta de 135,000 dólares más. “Hair” fue llevada a Broadway, y más tarde difundida por todo el mundo occidental. (Significativamente Victor Rabinowitz ha fungido como abogado representante de Castro Ruz en los Estados Unidos).
Se han filmado en Hollywood cientos de películas de homosexuales y lesbianas dedicadas a exhibiciones privadas del “poder sexual”, y en tanto que otras muchas películas del mismo tema, pero “menos audaces”, son lanzadas a la exhibición pública.
Con el reciente invento del “cinecassette” y del “videocassette” , se produce pornografía extremadamente cruda, para su difusión en clubes y en casas particulares. Varias cortes penales de EEUU se han negado a prohibir tal cosa, con el pretexto de la “libertad personal”. Walter Rosemberg (alias Walter Reade), y Ralph Ginzburg, ambos de origen no Americano, han impulsado poderosamente dichas difusiones.
En cambio el senador Benjamin S Rosenthal (también de origen no americano) protestó airadamente contra la película “Boinas verdes”, favorable a los soldados americanos que lucharon contra la invasión comunista de Sud Vietnam (esta película fue prohibida en México). Magnates supra capitalistas y funcionarios traidores a las tradiciones norteamericanas protegen la campaña favorable a la subversión sexual. Los primeros invirtiendo para la malévola propaganda, y los segundos allanándoles el camino legal. Han surgido muchas costosas publicaciones, como “Guía Internacional” y “Come Out”, empeñadas en franca difusión del homosexualismo. Esta última (“Salid Fuera”) alienta a los homosexuales a presentarse francamente así y a reclamar un sitio de honor en la sociedad… “liberación del hombre en todos los planos”…
Se proclamó (tal vez exageradamente para dar la impresión de fuerza) que había en Estados Unidos un 7% de homosexuales, equivalente a 14 millones de personas, y en connivencia con algunos funcionarios se logró derogar una ley que les impedía ocupar puestos públicos.
La “insurgencia” Homosexual organizó cínicos motines ante la casa blanca, el departamento de estado y el pentágono, Durante algunas horas ocuparon en franca rebeldía la alcaldía de San Francisco. Noventa pastores episcopales discutieron el tema en un “simposium” y concluyeron que “el acto homosexual no es ni bueno ni malo en sí… es moralmente neutro”. Periódicos considerados como conservadores y honrados se mostraron “condescendientes” , “objetivos” hacia la “desmitificación del sexo”
Después de esta gigantesca promoción, de ese asalto a la mentalidad juvenil, no es de extrañar que el 28 de Julio de 1970 se efectuara por primera vez en Nueva York una manifestación de veinte mil homosexuales y lesbianas, que marcharon por la sexta avenida para exigir “respeto a los derechos de género epiceno” los manifestantes se quejaron de que se les “discriminaba” porque algunos de ellos fueron removidos de puestos oficiales donde se manejaban secretos de Estado. Llevaban pancartas hablando de “poder sexual” y anunciando su nuevo plan: “del escondite, ahora a la vía pública”… Hubo un momento en que los espectadores del desfile estuvieron a punto de disolverlo a golpes, pero la policía tenía órdenes del alcalde Lindsay (procomunista de Origen no americano) de dar protección a los “insurgentes del sexo”.
El rompimiento de los cauces normales de la sexualidad también es propiciado mediante la música “pop”, Así como hay música Mística, música bélica, música romántica, música ranchera, música infantil, hay sonido-erótico. Determinado ritmo y unido a veces con cierta letra “anti-prejuicios” estimula los impulsos sexuales y constituye en realidad un “erotismo-musical”. En las concentraciones de los “festivales Pop” se agrega droga y la promiscuidad para romper los frenos de la sexualidad normal.
Al lado de todo eso, la intensa campaña en pro de las píldoras anti natales y del aborto se realiza particularmente sobre círculos juveniles. Directores, consejeros y catedráticos hablan favorablemente de ese tema en las universidades. En la de Washington, En Seattle se dictaminó que podían recetarse tales píldoras a las adolescentes porque “son suficientemente maduras para tener relaciones sexuales”
El asalto para romper los frenos naturales de la fuerza sexual se realiza desde todos los ángulos. En 1958 David Dellinger (de origen no americano) organizó un “comité nacional de movilización”, bajo apariencia pacifista. Una de las ramas fue el grupo de los “beatnicks” otra la de los “Yippies” y una más la de los “hippies”. La táctica era llamar la atención con lo estrambótico, lo sexual y las drogas. El primero y tercero de estos grupos no son políticos en sí mismos, pero son movidos desde arriba por intereses políticos empeñados en debilitar a la juventud americana para favorecer el avance comunista.
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Paul Krassner |
Paul Krassner es el jefe inmediato de los “yippies” (partido Internacional Juvenil), mientras Abby Hofmann y Jerri Rubin son los líderes del “hipismo”, todos ellos bajo el control de David Dellinger. Los cuatro son de origen Judío y su meta es mover a la juventud para que rompa el principio de autoridad paternal y de autoridad gubernamental.
La ofensiva en el Frente sexual no solo se realiza desde Estados Unidos, sino desde todos los países occidentales. En París, Jean Paul Sartre, Simones de Beauvoir Y Francois Sagan reciben publicidad gratuita, por valor de muchos millones de Francos, para difundir algo que en otras circunstancias no hubiera pasado de circular en un reducido grupo: que sólo lo material existe, que es necesario aprovechar cada instante de la vida para buscar satisfacciones materiales, y que dentro de estas satisfacciones la sexual es la primera.
Por su parte Dior , De Rauch, Esterel, Patou, Ricci y Courreges (este último creador de la minifalda), aguzan el ingenio para desnudar elegantemente a la mujer. La oficina Internacional de la Moda, con sede en París, dispone de un gran presupuesto y del auxilio del monopolio internacional cablegráfico a fin de impones sus dictados en occidente.
Difusoras y grabadoras francesas de discos hacen “triunfar” a mequetrefes sin arte pero con “mensaje” erótico o “rebelde”, como Serge Gainsbourgh. Las empresas productoras del cine francés hacen su parte, igual que Hollywood.
En Copenhague el ministro de justicia Knud Thestrup derogó en 1970 la prohibición a la pornografía y surgió en seguida una gran industria de películas, exposiciones, folletos, libros, etc., Incluso viajes al buque “Atlantis”, en los que había escenas eróticas “en vivo”, tanto homosexuales como lesbianas.
En Londres, un “inglés” de origen Israelita, Brian Epstein, apadrinó a un grupo de músicos y mediante una gigantesca publicidad –que incidentalmente no hubieran podido pagar- los hizo famosos como “Los Beatles”. Luego esa fama fue utilizada para acreditar de paso el consumo de Marihuana.
Por todas partes son patrocinados grupos parecidos. El director de orquesta Leonard Berstein y sus amigos aprovechan la fama musical para hacerles propaganda a los Panteras Negras. Mick Jagger, de otro conjunto “pop”, acredita la marihuana como estimulante de la juventud “in”.
Cuando gobernaba Franco en España, se detectó oportunamente el nacimiento de círculos impulsores del homosexualismo, como el de David Cohn; de la pornografía, como el de Emile Anthony, y de las drogas como las de Robert Ellis Blum, David Minhern, Robert Minsk y J. Lewis, todos ellos de origen no español.
En Roma el director cinematográfico Giuseppe Patroni Griffi introdujo en el cine su nueva “filosofía” de que todo se colectiviza, de que el amor en pareja es aburrido y de que deben organizarse fiestas musicales masivas donde se practique el amor “de unos frente a otros, sin problema”.
En Gran Bretaña, se alentó a los grupos “Moods” de homosexuales y lesbianas. En Alemania a los “Diablos Rojos” que asaltan muchachas y golpean antiguos soldados; desde Suecia se difunde el “beatlinks” contra “las estructuras caducas”; en Estados Unidos son financiados varios grupos Hippies para que salgan como “misioneros” a hacer prosélitos en Iberoamérica.
Y a la opinión pública se le engaña diciéndole que los brotes de degeneración de Inglaterra se deben a su Imperialismo, los de Alemania a que perdieron la Guerra, Los de Suecia, que hay un despertar Juvenil; los de Estados Unidos a que los estudiantes repudian el capitalismo. En los países desarrollados, la degeneración es atribuida al desarrollo; en los subdesarrollados, al subdesarrollo. En realidad, es una conspiración internacional para debilitar a la juventud del mundo occidental.
En México se autoriza circulación de pornografía extranjera y además la que se produce aquí mismo. Hay veintenas de revistas mexicanas de esta índole, cada una destinada a cierto círculo de lectores, para cubrirlos a todos.
Algunos grupos de padres de familia han pedido a las autoridades que impidan la circulación de tales publicaciones, que violan diez diferentes leyes, desde la constitución hasta los reglamentos municipales. Pero hasta mediados de 1979 no habían logrado hacerse oír.
Generalmente se supone que la pornografía sólo tiene el móvil de ganar dinero, pero no es así, Inicialmente su móvil es político, para dañar la moral y debilitar a la sociedad, y por eso goza de la protección de poderosos padrinos. Un hecho significativo es que muchas publicaciones son prácticamente subvencionadas desde el primer número por poderosos anunciantes.
El diario “Excélsior”, desde que cayó en manos de directores comunistas, y los suplementes dominicales de otros grandes periódicos, han defendido la difusión de la pornografía. La presentan como libertad, como “realismo” o como arte.
Sodoma y Gomorra no dispusieron de tan terribles recursos.
Se revolcaban en el cieno, pero no pretendían que eso fuera virtud, una “insurgencia”, una “liberación” o un arte. Aquello era degeneración a secas. Lo que ocurre ahora es la politización de la degeneración para usarla como un arma.
Un arma que daña por dentro a la Juventud Occidental.